Pensamos el nuevo sector como un gran parque público, zonificado y jerarquizado, donde las viviendas interactúen con el mismo, pero sin generar límite. En definitiva, la solución al problema del límite, es que éste no exista. Entonces creemos que es posible una ciudad sin límites. Esto implica por un lado lo referente al crecimiento y la flexibilidad. Si logramos "independizar" el tejido habitacional de aquel que no lo tiene, entonces el crecimiento no es un problema en términos de generar nuevos límites, porque el tejido no plantea límite. Imaginamos la vivienda como un tejido semienterrado, asociado al gran parque público con patios privados (de una o más unidades), que generan a su vez límite entre el espacio público y el privado. Esta situación de límite actúa en una sola dimensión, porque limita la vinculación público/privado, pero no interrumpe el desarrollo y la continuidad de lo público.
El gran parque podría generar una enorme variedad de programa recreativo, así como tener delimitadas zonas para la plantación privada para abastecimiento. Del mismo modo, los medios de transporte empiezan a redefinirse, en la medida que el paisaje se modifica. El transporte público (o privado) está íntimamente relacionado con el paisaje, transformándose en una actividad recreativa y perceptual en sí.
Hemos observado, en otros términos, que la cuestión del crecimiento en la dicotomía vertical horizontal, es en realidad bastante sencilla. La orientación a la verticalidad implica una mínima ocupación del suelo, pero esto a su vez plantea una flexibilidad nula, ya que no se puede seguir creciendo para arriba eternamente. Por otra parte, también es notable con solo observar los alrededores de Amposta (así como los de cualquier ciudad) que existe un gran vacío en la ocupación del suelo que el hombre no aprovecha. Es decir que "lugar no es lo que nos falta". Sin embargo, no sería muy "sostenible" (en términos de ocupación global), proponer una política de ocupación del suelo porque eso también tiene un límite, ...pero ubicar las viviendas por debajo del verde, y aprovechar su techo como espacio verde, es un modo muy sustentable de "vaciar el lleno".
Amposta, Cataluña
2004