La fachada principal, resuelta con muro cortina de silicona estructural al igual que la posterior, se singulariza con un rasgado oblicuo, indicando y destacando la presencia del ingreso, al que protege una marquesina acristalada. La sutil división de la fachada en dos partes permite que la superficie de las plantas que cierra pueda dividirse así mismo de forma limpia y sencilla. El retranqueo de las dos últimas plantas se cubre con una pérgola de acero inoxidable que reconstruye virtualmente el volumen del edificio y establece una relación proporcional y compositiva con los edificios del entorno.
El vestíbulo de acceso, de doble altura, conecta con el núcleo vertical, dotado de recintos para cada tipo de instalación y servicio con un alto estándar de automatización.
Paseo de la Castellana 108, Madrid
11.400 m²
12 plantas
1998