El carácter del entorno, la rigidez del planeamiento y las visuales entre la Plaza del Rey y la Iglesia de San José, condicionaron la concepción de los espacios y volúmenes. El nuevo edificio debía conformar un delimitador coherente del espacio exterior y contribuir a imprimirle un carácter de estancia recoleta al aire libre. Las líneas predominantes del diseño y la piedra artificial o el cobre empleados tienen la intención de dejar constancia de la época actual de construcción del edificio rechazando prácticas historicistas y dialogando con el entorno mediante la continuidad de líneas de cornisa, ventanas y basamento del edificio contiguo.
Infantas 5-7, Madrid
5.970 m²
6 plantas
1984